¿Era Para Niños? 5 Shows Infantiles Inquietantes

20 de Mayo 2025

Los programas infantiles suelen estar diseñados para entretener, educar y despertar la imaginación de los más pequeños. Pero de vez en cuando surge una serie que, por su estética, ritmo o personajes, deja una impresión difícil de definir. No hablamos de terror explícito ni de mensajes ocultos, simplemente de esa extraña sensación de que algo no encajaba del todo.

Desde criaturas esponjosas con cejas luminosas hasta frutas parlantes con expresiones inquietantes, aquí están cinco programas infantiles que, vistos con ojos adultos, se sienten más como un viaje surrealista que como una tarde de entretenimiento para niños.

Boohbah

Humbah, Zumbah, Zing Zing Zingbah, Jumbah y Jingbah
Boohbah (2003)

Si hay un programa infantil que parece sacado de una dimensión paralela, es Boohbah. Creado por Anne Wood, la misma mente detrás de Teletubbies, este show británico pensado para promover el ejercicio y el movimiento en los niños, lo hacía a través cinco criaturas redondas, brillantes y sin boca que parecían mezclas entre pelusas de colores y muñecos Kewpie psicodélicos. Con su silencioso revoloteo, sus chirridos extraños y sus cejas iluminadas que emitían un zumbido, Boohbah era tanto hipnótico como inquietante.

El escenario, conocido como la Boohzona, se sentía como un laboratorio de experimentación sensorial, con colores saturados y movimientos repetitivos que daban la impresión de que estabas viendo algo diseñado para manipular ondas cerebrales. Aunque su intención era pura (fomentar la actividad física infantil), su estética abstracta ha convertido a Boohbah en un puesto asegurado en este top de los programas infantiles más inquietantes.

Si creciste viendo esto, probablemente tengas más preguntas que respuestas. Y si nunca lo viste, bueno… ahora ya sabes que existió.

Big Bad Beetleborgs

Flabber, Roland, Josephine y Andrew
Big Bad Beetleborgs (1996)

Superhéroes, monstruos y un fantasma vestido como Elvis. En papel, Big Bad Beetleborgs tenía todo para ser una serie de acción infantil emocionante, pero algo en su ejecución hizo que muchos espectadores se quedaran con una sensación de escalofríos.

Flabber, el fantasma azul que otorga los poderes a los protagonistas, tenía una energía caótica y una expresión congelada que lo hacía tan carismático como desconcertante. Pero lo verdaderamente llamativo era el diseño de los villanos: criaturas con máscaras rígidas y cuerpos que parecían moverse de manera autónoma, como si en cualquier momento fueran a romper la cuarta pared y revelar que siempre habían sabido que los estabas observando.

La mansión Hillhurst, donde ocurría buena parte de la acción, también aportaba a la atmósfera inesperada del programa. Si bien era un hogar, también podías pensar que era una reunión de entidades con ojos secos.

The High Fructose Adventures of Annoying Orange

The Annoying Orange
The High Fructose Adventures of Annoying Orange (2012)

Hay muchas formas de hacer que los alimentos sean divertidos en la televisión infantil, pero pocas han optado por superponer rostros humanos reales en frutas parlantes. Annoying Orange llevó su estilo peculiar de internet a la televisión con una mezcla entre live-action y animación CGI que resultó tan llamativa como desconcertante.

Las expresiones hiperrealistas de los personajes, unidas a movimientos exagerados y pestañeos que parecían ocurrir en momentos equivocados, creaban una sensación algo incomoda. Y por si eso no fuera suficiente, el humor del programa no tenía problemas en mostrar frutas siendo trituradas, devoradas o destruidas en pantalla con una sonrisa grotesca de fondo.

Era un choque entre lo absurdo y lo cómico, con un aire tan frenético que hacía que la experiencia de ver un episodio se sintiera más como un experimento visual que como un programa infantil común.

Teletubbies

Tinky-Winky, Dipsy, Laa-Laa y Po
Teletubbies (1997)

Concebido como un programa educativo para niños pequeños, Teletubbies tenía un universo visual tan particular que aún hoy sigue generando conversaciones. Sus protagonistas, con cuerpos redondeados, antenas en la cabeza y una pantalla de tv en sus barriguitas, obedecían instrucciones de una voz omnipresente mientras exploraban un paisaje verde (digno de wallpaper de Windows) donde el tiempo y la lógica parecían existir en una dimensión diferente.

Uno de los elementos más recordados del programa es el sol con cara de bebé, que observaba todo sin intervenir, como un dios silencioso. La estructura repetitiva del programa, donde las mismas escenas se mostraban dos veces, tenía un efecto hipnótico que algunos calificaron de manipulador. Y por si fuera poco, episodios como The Lion and The Bear, con figuras animadas de apariencia tétrica y una risa espeluznante, terminaron prohibidos por ser demasiado inquietantes para niños pequeños. Un programa destinado a la inocencia infantil, pero con suficientes elementos visuales y narrativos para dejar una sensación de incomodidad difícil de ignorar.

Angela Anaconda

Angela Anaconda, Johnny Abatti, Gina Lash y Ephegenia Brinks
Angela Anaconda (2001)

Y como no podía ser de otro modo, con nosotros, la incomparablemente perturbadora Angela. La animación de este mundo de papel entre colorido y gris, dejo algunos de los recuerdos más escalofriantes de la niñez. Una serie controvertida con premisa infantil pero una estética de temer. El mundo de Angela Anaconda era una combinación entre animación y recortes fotográficos en blanco y negro, dando lugar a un estilo cutout similar al de South Park, pero con una vibra totalmente distinta.

Además de su estética particular, la serie presentaba momentos en los que Angela imaginaba castigos para su enemiga Nanette Manoir, siempre con monólogos exagerados que le daban un aire casi teatral. Sus expresiones fijas y la manera en que los personajes se movían en la animación hacían que el programa se sintiera como un collage salido del mismísimo fuego del infierno… pero para niños.

Conclusión

El entretenimiento infantil tiene el poder de marcar generaciones, no solo por sus historias o personajes, sino por la forma en que su estética y narrativa nos hacen sentir. Algunos programas se recuerdan por su alegría, otros por su creatividad… y algunos, como los que vimos en esta lista, han quedado grabados por la extraña sensación que dejaron en quienes los vieron.

No se trata de si eran buenos o malos, sino de cómo lograron ser completamente diferentes a cualquier otra cosa. Después de todo, ¿qué hace que un programa se quede en la memoria? Tal vez no solo su historia, sino la sensación que dejó cuando lo viste por primera vez.

···

Por Nick
¡No te quedes afuera! Subscríbete y mantente al día de todas las novedades.